«La población estudiantil es nuestra riqueza y razón de existencia»

La profesora Nora Miranda fue Directora de Educación Superior de la Provincia de Mendoza entre Junio de 2013 y diciembre de 2015. A partir de esa experiencia en la gestión  anterior, conversó con Trama y Contraluz y compartió algunas apreciaciones sobre el presente de los institutos. 

¿Cómo ve la realidad de la Educación Superior hoy?

Es una realidad con múltiples tensiones. Y no es que la educación superior provincial no haya estado en esa situación. Siempre ha sido así, pero hoy esas tensiones son varias y la intensidad de algunas es preocupante. El desprestigio de los docentes es sostenido, el ataque a los derechos laborales conseguidos con años de lucha no cesa, el cuestionamiento a la participación política es cada vez más explícito y todo esto proviene de diversos sectores de la sociedad. Por ello la construcción de una realidad educativa inclusiva, diversa, de calidad y democrática se ve alterada. Pero estas alteraciones reciben respuestas distintas y dependen de las historias de las comunidades educativas. Muy fuertes y claras en muchas de ellas, resistiendo a esa desvalorización, recreando espacios y tiempos para superar, por ejemplo, la pérdida de financiamiento a través de programas nacionales, sosteniendo las dinámicas del gobierno colegiado institucional que permiten cumplir las funciones centrales de su proyecto educativo. Hay IES sosteniendo un trabajo institucional que planifican estratégicamente, que es sensible a las necesidades de una población que tiene que ejercer su derecho a la educación superior; por ello habilita, acompaña, crea oportunidades. Veo en muchas instituciones la persistencia de las políticas de inclusión que se pensaron años atrás, ocupados en ofrecer la mejor formación docente y/o técnica, en generar espacios de participación, de profundizar vínculos con el entorno. En otros IES esto ocurre con baja intensidad, pero ocurre.

¿Cuál es la proyección de la Educación Superior provincial en los próximos años?

Como dije antes, debemos analizar la intensidad con que se dan los proyectos educativos institucionales, traccionando procesos regionales y traccionados por una política provincial que favorezca el fortalecimiento del Nivel Superior. Los IES de nuestra provincia poseen una diversidad de ofertas que ha dado respuestas a las necesidades del sector educación, el socioproductivo y de servicios. Fue una preocupación constante de la gestión educativa de la cual participé (nota del r.: se refiere a la gestión provincial anterior) el reordenamiento y una planificación adecuada de las ofertas formativas; tarea difícil, pero no imposible, ya que exige el análisis de variables que van desde los equipos docentes y de gestión, estructura orgánica adecuada, recursos diversos, entre ellos el financiamiento adecuado de las funciones, especialmente las de desarrollo profesional y de investigación, que si bien alcanzaron un notable desarrollo deben afianzarse aún más. De sostenerse la distribución espacial de los IES, que acercó educación superior a cada departamento de la provincia, con ofertas docentes y técnicas, con postítulos, con desarrollo profesional, con articulación con el contexto, con la apropiación de un plexo normativo cada vez más específico para el nivel, la proyección será esa, sostener y fortalecer a los IES, que son los que han llegado a los lugares más alejados de la provincia y hacen realidad la educación superior como derecho, colaborando en la reconstrucción del tejido social y recuperando la dignidad de las comunidades. Si bien soy optimista, hay debilidades regionales, pero susceptibles de ser allanadas desde la decisión política jurisdiccional.

¿Cómo analiza el peso de la formación inicial hoy?

Considero necesario, para pensar ese “peso”, recuperar siempre los procesos transitados para llegar a la formación inicial actual. Revisar el porqué de esta propuesta de formación explica la relevancia de la misma. Un hito fundamental fue la decisión política de crear el INFD, impulsado por la Ley de Educación Nacional. Esta Ley sostiene la democratización del conocimiento y el acceso a él como bien público y la educación como un derecho, a la par de recuperar la unidad en las políticas de formación docente. ¿Cómo traducir estos enunciados en términos curriculares y de organización institucional? Ya en la formación inicial “veníamos viviendo” algunos cambios interesantes, como fue el Programa para la Transformación de la Formación Docente (PTFD), emergiendo como algo positivo en la brutal descentralización de los servicios educativos de los ´90. Si bien su alcance fue solo a las Escuelas Normales, quienes trabajábamos en los IES pudimos formarnos en las nuevas miradas de la formación docente. La actual formación inicial se orienta desde lineamientos nacionales y las jurisdicciones le dan su impronta. Pero no de un pequeño grupo de especialistas aislados, sino de los verdaderos partícipes del trabajo en las instituciones y las aulas, los docentes formadores y los estudiantes, esto también con matices, provenientes de las características institucionales y la apropiación de procesos participativos.

Se concretaron muchos de los diseños vigentes, ya algunos han sido modificados necesariamente, después de procesos participativos de evaluación. Todas las carreras docentes en Mendoza, validadas a nivel nacional, sostienen una formación inicial, estructurada en campos de formación, general, específica y de la práctica. Estos campos ponen en valor distintos aspectos, como son el sujeto que se forma para ser docente, su historia, su cultura; los avances y actualización del saber disciplinar y sin dudas el campo de las prácticas docentes, que sintetizan los procesos de enseñanza y aprendizaje, las trayectorias formativas. Ese campo nos “trae” a los IES los discursos pedagógicos de las escuelas asociadas, para con ellos “hacer”, ¿pero qué?  Yo creo gestionar un proceso formativo contextualizado, respetuoso de quienes volverán a esas instituciones, a esos espacios de actuación como profesionales de la docencia.

Esta formación inicial que transitamos tuvo procesos de participación en la construcción, desarrollo y evaluación de las distintas ofertas docentes de la provincia. Se realizaron jornadas de producción curricular junto a los coordinadores de carrera de todos los IES de la provincia, se había comenzado con el análisis del trabajo sobre los formatos de las unidades curriculares, importante trabajo porque cuando se analiza en un contexto más amplio, esto se cruza con la normativa, como es el RAM (reglamento académico marco) y con el Reglamento de la práctica docente, concretado en 2014, con un alto nivel de participación de los institutos e incide en las trayectorias estudiantiles y el egreso de profesionales docentes.

¿Y el desarrollo de las otras funciones de extensión e investigación?

Estas funciones —que prácticamente no existían antes de los ´90— se desarrollan a partir de esos años en los institutos, no sin dificultades. A mi criterio nos vimos estimulados por los procesos de acreditación iniciados en el año 1997, que exigían producciones institucionales de investigación y desarrollo de capacitaciones tanto de los docentes formadores como de los otros niveles del sistema educativo. Esto marca un interesante punto de partida para los IES, ya que las Escuelas Normales habían iniciado en estas funciones en el PTFD. Estas funciones exigen profesionales formados para el desarrollo de las mismas. Aquí aprendemos haciendo. Se conforman los Departamentos de Capacitación y de Investigación y se concursa por las jefaturas con un proyecto para cada departamento. Hoy, hay IES con un significativo recorrido en estas funciones, con profesionales destacados en diversas líneas de investigación y desarrollo profesional. Esto, sin duda, con el respaldo de la jurisdicción, que reconoce, valora y destina presupuesto para sostener las funciones. Como muchas veces el Nivel Superior ha sido la Cenicienta del presupuesto educativo provincial, ha costado sostener horas destinadas a estas funciones, derivándose a las “horas de clase”. Pero ha sido posible sostenerlas y generar producciones de investigación, consolidar equipos de investigadores. Nuestra gestión acompañó estos logros, culminamos con 21 IES que presentaron 85 proyectos de investigación de una diversidad temática muy rica y 600 participantes en esos proyectos, que sostuvieron encuentros provinciales y regionales de formación, de producción, con publicaciones como la Revista Desafío de la Dirección de Educación Superior.

Y en la función de Desarrollo profesional —prefiero ese nombre al de «Capacitación»— los logros han sido notables, a través de programas creados jurisdiccionalmente como Mendoza lee y escribe, Matemática en el primer y segundo ciclo, Postítulos; todo con profesionales de los IES. Y es necesario mencionar al Programa Nacional de la Formación Permanente, Nuestra Escuela, que tuvo en Mendoza particularidades, como fue la inclusión de los estudiantes y todos los IES de gestión estatal y privada. Cruzamos estas formaciones desde el eje político educativo a diferentes niveles, la institución y el aula, mirando las prácticas. Estuvo coordinado por profesionales de la DES, sostenido por los IES a través de las horas de gestión.

¿Qué diferencia encuentra entre la Educación Superior de gestión pública y privada?

En Mendoza la DGE sostiene una Dirección de Educación Privada, que incluye al Nivel Superior. Mi experiencia en la gestión estatal, en la DES, me permitió acercarme en algunos aspectos a la Educación Superior en la gestión privada. Compartimos todos los programas que desde la Jurisdicción Nacional los incluía y los demás que la jurisdicción provincial así definía, fundamentalmente lo que hace a la formación inicial docente y técnica. Los procesos de construcción, desarrollo y evaluación curricular los incluyó, no puede ser de otra manera por la responsabilidad del Estado en la formación docente.

Lo mismo se decidió a nivel de la implementación del PNFP Nuestra escuela.

Lógicamente que la gestión en lo referente al gobierno institucional es diferente, no posee el órgano colegiado Consejo Directivo, de participación de todos los estamentos de la gestión estatal (docentes, estudiantes, no docentes y egresados). Sí funciona, en algunos, un Consejo Asesor que podríamos asimilar al Consejo Académico de los IES estatales.

Los IES de gestión privada han cubierto las demandas de comunidades allí a donde no había llegado la oferta estatal, o la existente no satisface las expectativas ideológicas, de horarios u otras demandas.

En el plano formativo, algunos casos que conozco de pase de estudiantes entre IES estatales y privados, en algunas carreras, no han presentado grandes diferencias en cuanto a desarrollo curricular y rendimiento académico.

Y en el plano de las funciones de investigación y el desarrollo profesional, este es sensiblemente diferente a los estatales, matiz que atribuyo a cuestiones presupuestarias, con diferencias notables entre IES de diferentes regiones de Mendoza, donde la iniciativa institucional juega un rol importante.

Discusión más extensa tiene la definición de la oferta formativa, que requiere un análisis conjunto entre DEP y DES.

No podría ir más allá en esta comparación.

¿Y la diferencia con las universidades?

Entiendo que aquí las cuestiones pasan fundamentalmente por la estructura curricular, las normas nacionales que orientaron esa estructura han diseñado carreras de formación docente con un campo de la práctica diferente a los IES. En algunos casos se sostiene la Práctica y la investigación y —en el último año— la Residencia docente. En otros inician antes el ingreso, en un  tercer año, a las instituciones de otro nivel para las prácticas docentes. Esto difiere según las universidades.

Pero si debo marcar diferencias me fijo fundamentalmente en el campo de la práctica, con los IES en un acercamiento paulatino a las instituciones asociadas a lo largo de los cuatro años, no así las carreras en la universidad, que poseen otra lógica. Esto, según mi experiencia, es una diferencia a favor de los estudiantes de los IES, ya que ese contacto temprano construye un vínculo diferente con el futuro espacio laboral.

Y en el campo disciplinar hay también diferencias. En los diseños universitarios, la historia misma de las carreras le da un espacio destacado a este campo, no así en los IES, donde si bien hay un desarrollo actualizado del campo disciplinar se cruza con el didáctico en un proceso de articulación cada vez más rico y necesario para la formación docente.

En la formación técnica, las diferencias son muchas en diversidad y calidad a favor de los IES.

Si debo marcar diferencias entre los IES y las universidades me fijo fundamentalmente en el campo de la práctica, con los IES en un acercamiento paulatino a las instituciones asociadas a lo largo de los cuatro años, no así las carreras en la universidad, que poseen otra lógica. Esto, según mi experiencia, es una diferencia a favor de los estudiantes de los IES, ya que ese contacto temprano construye un vínculo diferente con el futuro espacio laboral.

¿Cómo caracteriza a la población estudiantil?, ¿es muy diversa en el territorio provincial?

La población estudiantil es nuestra riqueza y razón de existencia. A los IES se acercan e ingresan jóvenes recién egresados de la secundaria, (bachilleratos, técnicas, CENS), quienes llevan algunos años sin estudiar alguna carrera superior, adultos, padres, madres, trabajadores, profesionales de otras áreas. Todo el que desee estudiar en el nivel superior tiene un lugar en los IES. Esta diversidad nos obliga a planificar su recepción y su ingreso. Nos interpela a acompañar su trayectoria y recrear estrategias didácticas, que permitan en los tiempos adecuados a cada sujeto, el egreso, ya sea con el título docente o el título de técnico.

Nuestra provincia es diversa y así lo comprobamos durante nuestra gestión. Recorrimos muchos IES en los cuatro puntos cardinales de nuestro territorio, desde La Paz, Santa Rosa, Lavalle, Rivadavia, Las Heras, San Carlos, Malargüe, San Rafael, todos los estatales y algunos privados.

Realizamos encuentros con estudiantes, en diversidad de acciones donde eran ellos los protagonistas: políticas estudiantiles a través del teatro, la formación política, derechos humanos, sistema de becas, itinerarios pedagógicos, deportes, música, investigación y el DESAFÍO SUPERIOR, donde un número de 500 estudiantes en cada encuentro anual, (un día en el mes de octubre) representaban a sus IES. Jugaban, creaban, compartían, se conocían. Unas experiencias maravillosas coordinados por equipos de la DES y los IES, cuyo principio era el desarrollo de valores en jóvenes comprometidos.

Es nuestro desafío seguir sosteniendo a nuestros estudiantes. Hoy hay bajas, producto del costo del transporte, de la pérdida de trabajo, ya sea de nuestros estudiantes o de su familia. Debemos recrear formas de acompañar en estos casos.

¿Cuáles son los proyectos políticos hoy en disputa en el sistema de Educación Superior?

Para caracterizar estos proyectos debemos respondernos antes unos interrogantes: ¿las políticas educativas tienen como objetivo garantizar educación para todos y todas a través de docentes cada vez mejor formados? ¿Cómo?

Si el proyecto sostiene políticas educativas:

  • que conciben a un docente desautorizado, carente, sin iniciativa; que define técnicos que piensan y otros ejecutan decisiones curriculares; homogeniza trayectorias, porque homogeniza procesos de enseñanza y de aprendizaje; las decisiones nacionales no consideran la capacidad instalada en las jurisdicciones y las instituciones; dónde para investigar hay que concursar por financiamiento, aislando esos procesos del resto de las funciones de la educación superior,- estamos ante un proyecto.

Si por otro lado esas políticas educativas:

  • conciben a un docente con saberes diferentes pero igualmente válidos; promueve la participación democrática de docentes y estudiantes en la toma de decisiones que hacen a la formación, orientada por especialistas; reconoce trayectorias heterogéneas y las alienta; sostiene, refuerza y orienta la tarea jurisdiccional en el fortalecimiento de las instituciones formadoras; las autoridades jurisdiccionales conforman una Mesa federal de discusiones y decisiones educativas, estamos ante otro proyecto, uno que no elabora un Plan Maestr@ sino un Plan con los maestros. Este es el que deseo se siga desarrollando. Porque además es a través del cual se responde a las preguntas iniciales.

¿Cuáles son o deberían ser las áreas y carreras prioritarias hoy?

En una tendencia creciente de cada vez mayor egreso de la secundaria obligatoria, se necesitan siempre docentes de las diferentes áreas y en todos los niveles. Sin duda que es necesaria la construcción de un plan de desarrollo de la Educación superior, equilibrado, sincero y posible.

La formación técnica requiere una nueva revisión actualizada de sus ofertas y una adecuación curricular, además de la que se hizo hace 2 años atrás en algunas carreras.  Hay áreas prioritarias como la salud, que requiere cada vez más técnicos actualizados, áreas relacionadas a actividades primarias, informática, comunicación, desarrollo local, turismo. Se requieren para esta definición estudios regionales.

¿Qué agregaría?

¡Un gracias inmenso a por la entrevista, un gracias grandote por hacer realidad una revista como recurso de transferencia y difusión de nuestro Nivel Superior! Abrazo a aquellos con quienes compartí el sueño de gestionar una Educación Superior para todos y todas. ¿Hay deudas? Seguro…¡pero hay ganas de seguir trabajando para transformar!

¡Hasta siempre!

  • Nora Beatriz Miranda es Prof. en Geografía y Ciencias Biológicas; Postitulada en Ciencias Sociales y Especialista en docencia universitaria. Fue Directora de Educación Superior entre Junio de 2013 y diciembre de 2015; y fue rectora del IES 9-011 Del Atuel de San Rafael en dos periodos. Hoy sigue en la docencia secundaria y superior y coordina el Campo de la Práctica y Residencia Docente en el IES del Atuel. Sobreviviente de 2 cánceres de mamas, nada tres veces por semana y saca fotos andando por ahí. Y se pregunta: ¿qué ocurrió con Santiago Maldonado?

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